La saliva, amiga de la salud de nuestros dientes
¿Alguna vez has pensado para qué tenemos saliva y cuál es su papel en la boca?
Hoy te queremos hablar de ello en este post.
La saliva la producen las glándulas salivares ubicadas en la cavidad oral, en una cantidad que va de uno a dos litros/día, dependiendo de la persona.
Funciones de la saliva:
La saliva tiene diversas funciones, en este post destacamos las más relevantes cómo:
1. Ayuda a hacer la digestión:
Ayuda a hacer la digestión ya desde la boca, pues los alimentos son masticados con la ayuda de la saliva.
2. Ayuda a detectar el sabor:
La saliva estimula las papilas sápidas de la lengua y la ayuda a detectar el sabor de los alimentos.
3. Ayuda a pronunciar palabras:
Con su función lubricante, ayuda a pronunciar palabras y sonidos y protege los dientes.
4. Indica los niveles de hidratación:
La saliva nos indica los niveles de hidratación del cuerpo. Cuando baja su producción por falta de agua, nos alerta de una deshidratación y nos obliga instantáneamente a beber agua.
La limpieza bucodental gracias a la saliva:
Y por fin llegamos a una función que a nosotros particularmente nos encanta: la de limpieza.
Porque la saliva:
- Ayuda a que los dientes estén sanos manteniendo el PH de la boca.
- Colabora a anular la placa bacteriana entre los dientes.
- Actúa de antiácido, controlando la aparición de sarro y cálculos dentales.
- Protege el esmalte dental con una capa protectora que además mantiene los dientes suaves y lubricados.
¿Te imaginabas todo esto? Pues aún hay más:
¿Cómo mantener unos niveles de saliva adecuados para que siga cuidando de nuestra boca y nuestra salud? La respuesta es sencilla: bebiendo agua. Eso ayudará a producir saliva en cantidades suficientes para poder drenar los compuestos que se acumulan en nuestra boca. Y a mantener todas las funciones anteriormente descritas en perfecto estado.
¡Ah! Recuerda que la saliva no puede hacerlo todo sola y que necesita nuestra ayuda para mantener una óptima higiene en nuestra boca. Por eso, cepíllate los dientes después de cada comida con un cepillo de filamentos suaves o normales pero de forma no agresiva para no dañar el esmalte. Y, usa productos ricos en flúor.
Presta especial atención a este consejo en el caso de que tengas menores cerca de ti. Pues los niños y niñas aprenden del ejemplo que les damos más que con lo que les decimos.
¡A seguir disfrutando de una boca sana por muchos años!