oct. 24, 2023 - 1 minuto de lecturaMinutos de lectura

Definición Boca Seca

La boca seca o xerostomía está relacionada con una disminución en la cantidad de saliva. Además de la incomodidad, esta condición aumenta ciertos riesgos de salud oral.

Síntomas: sed intensa, sensación pastosa en la boca, labios agrietados, grietas en las comisuras de la boca, dificultad para hablar, masticar...

Causas: ciertos medicamentos y enfermedades, deshidratación, edad...

Tratamientos: identificar la causa para eliminarla, seguir ciertas instrucciones y usar productos adaptados para reducir las molestias.

Contenido

Boca seca: cuando se acaba la saliva...

La saliva tiene muchas funciones, lo que explica la gran variedad de posibles síntomas y consecuencias cuando falta.

Estos son los principales signos que pueden indicar una boca seca, una condición también llamada "xerostomía": sed frecuente e intensa, lengua gruesa y pastosa, membranas mucosas orales rojas e irritadas, garganta seca, pegajosa e irritada, labios secos, agrietados, grietas dolorosas en las comisuras de la boca, disminución del gusto, dificultad para comer y hablar, mal aliento, despertares nocturnos, aumento de la frecuencia de problemas bucodentales, incomodidad al usar aparatos de ortodoncia o dentales...

¿Qué causa la boca seca?

Las posibles causas son igual de variadas, empezando por la toma de ciertos fármacos que tienen el efecto adverso de reducir la producción de saliva (diuréticos, antihistamínicos, antihipertensivos, antidepresivos, neurolépticos, algunos analgésicos, etc.). Se aconseja a los afectados que hablen con su médico, ya que a veces es posible simplemente cambiar la familia de medicamentos o cambiar la dosis.

La saliva es producida por varias glándulas, cuya eficacia disminuye naturalmente con el envejecimiento. Por lo tanto, los ancianos se ven afectados con mayor frecuencia por la boca seca, una población también más propensa a tomar medicamentos, lo que combina los efectos.

Este riesgo aumenta todavía más por la deshidratación, un fenómeno más común en los ancianos.

La fiebre, la diarrea, los resfriados y la rinitis alérgica también aumentan el riesgo de deshidratación que resulta en sequedad de boca. 

Algunas enfermedades se acompañan de una disminución del flujo de saliva (diabetes, enfermedad de Alzheimer, patología renal crónica o autoinmune como la artritis reumatoide o el síndrome de Gougerot Sjögren), pero también pueden estar involucradas la deficiencia de vitaminas, el estrés, la respiración bucal, las fluctuaciones hormonales, la enfermedad de las glándulas salivales , el tratamiento contra el cáncer con radioterapia de la región de la cabeza y el cuello, etc...

¿Cuáles son las consecuencias de la boca seca?

Además de muchas molestias, dificultad para hablar y comer, la boca seca aumenta el riesgo de problemas orales. De hecho, en cantidades insuficientes, la saliva no puede cumplir con sus funciones como limpiador, remineralizante y desacidificante, lo que aumenta el riesgo de caries dental en particular y gingivitis.

¿Cómo evitar tener la boca seca?

Es fundamental buscar la causa para eliminarla.

Al mismo tiempo, ciertos cambios pueden ser útiles para reducir la sensación de boca seca y estimular la secreción de saliva.

  • Beber más agua y muy regularmente, incluso por la noche.
  • Enjuagarse la boca o humedecerla con un spray, especialmente antes de las comidas.
  • Eligir alimentos que sean fáciles de masticar (suaves y ricos en agua como sopas, compotas, purés, verduras cocidas, frutas frescas...) y evitar aquellos que deshidraten (alcohol, café, especias, alimentos muy salados como patatas fritas, cacahuetes y galletas).
  • Masticar chicle o chupar caramelos sin azúcar para estimular la producción de saliva.
  • Evitar respirar por la boca tanto como sea posible, incluso por la noche, y asegurarse de que haya suficiente humedad en el hogar.
  • Limpiar la dentadura postiza con más frecuencia.
  • Mejorar la higiene bucal: cepillado de dientes dos veces al día (y lengua para evitar el mal aliento) con pasta dental con flúor, y limpiar entre dientes con cepillos interdentales, interdentales de goma o hilo dental.
  • Usar productos especialmente diseñados para la boca seca, sobre todo antes de las comidas y a la hora de acostarse, varias veces al día: enjuagues bucales, lubricantes o humidificadores en forma de geles o sprays para proteger e hidratar las mucosas orales y reducir las molestias.  
  • Por último, consulta a tu dentista para tratar cualquier condición oral desde el principio para que, si es necesario, establezca ciertos tratamientos preventivos (fortalecimiento del esmalte para prevenir la caries dental, higiene profesional...).