ene. 04, 2024 - 1 minuto de lecturaMinutos de lectura

Mal aliento en un niño: ¿de dónde viene y cómo tratarlo?

El mal aliento en un niño es muy a menudo una preocupación para los padres.  Determinar la causa de esta dolencia será posible gracias a la observación cuidadosa del niño y a la rápida reacción ante todas las manifestaciones de anomalías. También vale la pena centrarse en una higiene bucal adecuada.

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Las causas más comunes del mal aliento en un niño

La causa más común del mal aliento en un niño es un aumento en la actividad de las bacterias que viven en la cavidad oral asociado con una disminución en la producción de saliva. Este es un proceso normal, por ejemplo, durante el sueño. El mal aliento de un niño no debe ser motivo de preocupación.

Un cambio en el aliento del bebé causado por inflamación, trastornos metabólicos e infecciones bacterianas es problemático. Esta afección también puede ser causada por caries o enfermedades dentales.

El mal aliento de un niño también puede ser causado por un cuerpo extraño atascado en las fosas nasales. Por lo tanto, es una buena idea verificar si hay restos de comida atascados en la nariz.

Mal aliento en los bebés: candidiasis

La candidiasis oral puede ser responsable del mal aliento en un niño de un año o en niños más pequeños. Es una infección fúngica de la boca causada por una infección con la levadura Candida Albicans y se manifiesta en forma de pequeñas manchas abultadas. El desarrollo de la enfermedad en el bebé puede ocurrir ya al nacer, durante la lactancia, durante la dentición o como resultado de una mala higiene bucal.

La candidiasis oral y el mal aliento asociado del niño suelen ser inofensivos, pero requieren consulta médica y tratamiento lo antes posible.

Mal aliento de un niño: causas vinculadas a una enfermedad

El mal aliento puede ser una señal de que algo malo está sucediendo en el cuerpo de nuestro hijo. A veces, la fuente del mal aliento en bebés y niños mayores es una enfermedad metabólica, gastrointestinal o respiratoria. 

Sinusitis

La acumulación de mucosidad en los senos paranasales y las fosas nasales puede favorecer el crecimiento excesivo de bacterias. Si su hijo presenta mal aliento y síntomas como dolor de garganta, secreción nasal crónica con moco espeso y verdoso, o sensación de ardor en la nariz, es crucial buscar la opinión de un médico. El tratamiento de la sinusitis puede involucrar medidas para aliviar los síntomas, como analgésicos y descongestionantes, así como el uso de antibióticos si la causa es una infección bacteriana. . Es importante abordar estos síntomas para prevenir complicaciones y promover la salud nasal y respiratoria del niño.

Amigdalitis

Las amígdalas afectadas por la inflamación se cubren muy rápidamente de manchas blancas y purulentas. Son un excelente caldo de cultivo para las bacterias y promueven su multiplicación descontrolada. Son los que muy a menudo provocan un olor extraño en la boca del bebé, agrio y sofocante. La amigdalitis suele ir acompañada de hinchazón, enrojecimiento de la garganta o fiebre.

Reflujo gastroesofágico

El reflujo del contenido del estómago hacia el esófago, es principalmente una afección de los adultos, pero también afecta a los niños. En este caso, el mal aliento del niño (generalmente agrio) aparece después de las comidas. En bebés o niños pequeños, el reflujo ácido también se acompaña de dolor abdominal, irritabilidad, deposiciones irregulares o resistencia a comer.

¿Cómo te deshaces del mal aliento de la boca de tu bebé?

Una vez eliminadas las causas de origen gástrico o metabólico, se puede combatir eficazmente el mal aliento en los niños introduciendo una dieta saludable y cuidando la higiene bucal diaria del niño. Puedes comenzar con:

  • Limitar los azúcares y carbohidratos en la dieta,
  • Mantener la regularidad en las comidas.
  • Hidratación suficiente durante el día (preferiblemente con agua).

Por supuesto, el lugar más importante en la prevención del mal aliento de un niño es una higiene bucal adecuada. En particular, recordemos sobre:

  • Limpieza de la cavidad bucal desde los primeros días de vida del niño. 
  • Cepillarse los primeros dientes al menos dos veces al día, usando un cepillo muy suave y solo con agua hasta cumplir los 2 años.
  • Elegir un cepillo de dientes adaptado a la edad del niño.
  • Seguir el tiempo adecuado y cepillar con minuciosidad al menos 2 minutos.
  • Limpieza del interior de las mejillas y la lengua: existen herramientas especiales para ello, como el limpiador lingual GUM®.

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Es crucial motivar a los niños a cepillarse los dientes. Al hacer que esta actividad sea más atractiva, por ejemplo seleccionando pastas de dientes con sabores agradables, estamos fomentando que el niño se acostumbre a la rutina de higiene y desarrolle hábitos saludables. Esta práctica es fundamental, ya que una higiene bucal adecuada tiene un impacto directo en la salud a largo plazo de los dientes permanentes. Crear una experiencia positiva y divertida alrededor del cepillado puede contribuir significativamente a establecer hábitos duraderos de cuidado oral en los niños.

Aquí hay algunos consejos sobre cómo animar eficazmente a los niños a cepillarse los dientes

Prevenir el mal aliento de un niño: ¿ayudarán los preparativos especiales?

El mal aliento en un niño de 6 años o más también se puede eliminar mediante el uso de enjuagues bucales y pastas dentales especializadas. Los mejores de estos productos no solo fortalecen el esmalte dental y permiten eliminar eficazmente la placa bacteriana, sino que también eliminan las causas de la halitosis.

El uso de enjuagues en niños ayuda a limpiar los espacios interdentales de manera más efectiva y a potenciar los efectos del cepillado. Vale la pena utilizarlo, especialmente si el niño usa aparato de ortodoncia. Sin embargo, debemos recordar que incluso la higiene más exhaustiva es preventiva. No le permitirá deshacerse del olor desagradable de la boca del pequeño si no elimina primero su causa: caries dental o enfermedad de las encías. 


El contenido presentado anteriormente está destinado a difundir conocimientos generales sobre la salud bucal y no sustituye una opinión o diagnóstico médico profesional. Consulte siempre a su médico o farmacéutico si tiene algún problema de salud.

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